Blogia
columnadeopinion

Percepciones...

Puesto que todos tenemos en nuestro interior una fuente inagotable de paz y felicidad, es posible que nos preguntemos por qué nos resulta tan difícil mantener un estado mental apacible y gozoso de manera continua. Esto se debe a que nuestra mente está siempre llena de engaños. Los engaños o perturbaciones mentales son percepciones distorsionadas de nosotros mismos, de los demás y del mundo que nos rodea, como un espejo defectuoso que no refleja la realidad. La perturbación mental del odio, por ejemplo, considera a algunas personas intrínsecamente desagradables, aunque en realidad nadie es así. Por otro lado, el apego considera que el objeto deseado es intrínsecamente atractivo y una fuente verdadera de felicidad. Si tenemos un intenso apego al chocolate, nos parecerá muy apetecible, pero cuando hayamos comido varias tabletas, empezaremos a sentirnos mal y es posible que incluso nos llegue a resultar repugnante. Esto demuestra que el chocolate en sí mismo no es deseable ni repugnante. La mente de apego atribuye cualidades atractivas a los objetos de deseo y nos induce a relacionarnos con ellos como si las poseyeran.

Extraído de "Transforma tu vida "
Venerable Gueshe Kelsang GyatsoPuesto que todos tenemos en nuestro interior una fuente inagotable de paz y felicidad, es posible que nos preguntemos por qué nos resulta tan difícil mantener un estado mental apacible y gozoso de manera continua. Esto se debe a que nuestra mente está siempre llena de engaños. Los engaños o perturbaciones mentales son percepciones distorsionadas de nosotros mismos, de los demás y del mundo que nos rodea, como un espejo defectuoso que no refleja la realidad. La perturbación mental del odio, por ejemplo, considera a algunas personas intrínsecamente desagradables, aunque en realidad nadie es así. Por otro lado, el apego considera que el objeto deseado es intrínsecamente atractivo y una fuente verdadera de felicidad. Si tenemos un intenso apego al chocolate, nos parecerá muy apetecible, pero cuando hayamos comido varias tabletas, empezaremos a sentirnos mal y es posible que incluso nos llegue a resultar repugnante. Esto demuestra que el chocolate en sí mismo no es deseable ni repugnante. La mente de apego atribuye cualidades atractivas a los objetos de deseo y nos induce a relacionarnos con ellos como si las poseyeran.  Extraído de

 

0 comentarios