Blogia
columnadeopinion

Fantasias?....

Síndrome de Cenicienta

El Síndrome de Cenicienta se caracteriza por el anhelo de conseguir un príncipe azul que aparezca de la nada en un corcel blanco y veloz para alejarla de su atribulada vida para siempre.

Pone toda su ilusión en encontrar un hombre guapo, simpático y adinerado que cumpla todas sus fantasías.

La idealización de ese príncipe azul siempre lleva por comparación a no encontrar una pareja que cumpla semejantes expectativas.

El síndrome de Cenicienta fue creado por el Dr. Peter K. Lewin en 1976, en una carta al editor de la revista Canadian Medical Association Journal. En ella se describen las falsas acusaciones de algunos niños adoptados, de ser maltratados o descuidados por sus madres adoptivas.

El complejo de Cenicienta fue descrito por primera vez por Colette Dowling, que escribió un libro sobre el miedo de las mujeres a la independencia, como un deseo inconsciente de ser atendidas por otros, basándose, principalmente, en el temor de ser independientes. El complejo, se dice, es cada vez más evidente a medida que la persona envejece.

Colette Dowling intentó definir a las mujeres con este síndrome como motivadas por un deseo inconsciente de ser cuidadas, como consecuencia a un miedo de ser independiente.

Este fenómeno puede ser definido como un síndrome y se caracteriza por una serie de motivaciones específicas o causas. Dowling identifica sólo una de las motivaciones, mientras que el síndrome es en realidad una combinación de muchas motivaciones, que son en sí mismas características que conforman un complejo.

Este complejo lleva el nombre de la Cenicienta, popularizado por la película de The Walt Disney Company del mismo nombre. Se basa en la idea de las mujeres que retratan en la historia, por ser hermosas, elegantes y amables, pero que no pueden ser personajes fuertes, ni independientes y que deben ser rescatadas por una fuerza externa, por lo general un hombre (el Príncipe).

El síndrome de Cenicienta tiene un componente de fantasía de rescate. Se trata de mujeres insatisfechas con su vida, su trabajo o sus relaciones sociales que esperan que la llegada de un príncipe azul las salve de su vida triste y frustrante, haciendo que todo sea mágico y maravilloso. Instaladas en esta fantasía, estas mujeres no luchan por mejorar y salir de su situación, sino que se pasan la vida esperando algo que no llegará.

Lo que se recomienda es aceptar la realidad, concienciarse de que nada es perfecto, ir más allá del amor ideal para poder centrarte en una relación real y aceptar el mundo tal y como es, pero, que ello no impide que podamos ser felices es el primer paso para abandonar este síndrome y comenzar a construir una vida plena.

 

0 comentarios